Cuando el mercado se vino abajo, a causa de la crisis sanitaria, el nivel de promesas de las casas bajó menos que el de departamentos, mientras que cuando el mercado se recuperó, también lo hizo más rápido en las casas que en las viviendas en altura.
Así lo revela un informe elaborado por ICR Chile en que se analizó el comportamiento del mercado inmobiliario en 2020, año marcado por la pandemia. Según el documento, las mayores caídas en las promesas de compraventa de viviendas nuevas se vivió durante el segundo trimestre de 2020, mientras que a partir de julio, el sector vivió un repunte que le permitió revertir parcialmente las cifras negativas observadas en los meses anteriores.
La conclusión es que la demanda por casas fue bastante más resistente durante los peores momentos de la crisis, lo que se explica por varias razones. Una de ellas, las actividades remotas, como el teletrabajo o la teleeducación, que llevó a los consumidores a buscar espacios más grandes, independientemente de si están o no cerca de sus lugares de trabajo o estudio.
“Las preferencias de la demanda inmobiliaria incorporaron nuevos factores bajo este contexto, como viviendas con mayores espacios, aunque esto implicara una mayor lejanía al núcleo central de la ciudad. Por lo tanto, este nuevo escenario de vida remota explicaría, en parte, el mayor incentivo hacia el uso de casas en lugar de departamentos, justificando que la contracción de promesas fuera mayor en los proyectos en altura, respecto a los de casas”, indica el documento.
Otro elemento que jugó a favor del mercado de las casas fue el efecto del estallido social en algunos sectores, sobre todo los cercanos al centro cívico o a la denominada “Zona Cero”. De hecho, ya antes de marzo del año pasado se observaba una tendencia a la baja en el mercado, que se acentuó en el tercer mes de 2020 cuando el nivel de promesas de compraventa se redujo en 47,9% anual, según datos de Infoinmobiliario.
“Se debe tener presente que, tras el estallido social, las comunas más centrales sufrieron graves daños producto de los disturbios. Considerando que éstas exhiben un mayor desarrollo de edificios por sobre casas, la demanda inmobiliaria internalizó transitoriamente un desincentivo a la adquisición de departamentos en los sectores con mayor recurrencia de manifestaciones, efecto que no se observó con tanta fuerza en las comunas más alejadas del centro, que son las que concentran el mayor número de proyecto de casas nuevas”, refuerza el informe de ICR Chile.
Otro elemento interesante que se observó en el mercado de viviendas en Chile en 2020 fue el repliegue de los inversionistas. Las malas expectativas para la economía, sumado a la baja de la liquidez de los consumidores, provocaron que estos, que están muy concentrados en viviendas en altura, hicieron que estos redujeran su demanda. “Lo anterior era esperable, teniendo en cuenta la fuerte contracción en las expectativas económicas provocada por el estallido social y la pandemia, lo que derivó en el aplazamiento de las decisiones de inversión de este segmento hasta que el entorno presentara mayor certidumbre económica”, complementa el estudio.
No obstante, en la industria creen que se trata de un fenómeno puntual, más allá de que el futuro pospandemia se avizora con un mix entre trabajo presencial y remoto, lo que podría significar que el interés por departamentos resurja. A esto se suma que, posterior a los dos retiros de fondos desde las cuentas individuales de las AFP, algunos compradores prefirieron invertir parte de sus ahorros en departamentos, lo que la vez también impulsó a ese mercado.
Fuente: La Tercera